TALLER 4: FALACIAS

OBJETIVO
Generar conciencia en el estudiante acerca de las falacias, su diferencias con las mentiras y la necesidad del uso de argumentos lógicamente validos.


Falacia y mentira


Una falacia es un razonamiento que parece válido y verdadero pero que no lo es. Una mentira es una declaración falsa  pero que se realiza sabiendo que es falsa con la intención de hacerla pasar por verdadera. Por ejemplo, decidí que al salir de la escuela me la pasaría con los amigos tomando unas cervezas. Se me hace tarde y cuando llego a casa mis padres me preguntan la razón de mi tardanza. Entonces digo que fui a la Biblioteca a investigar sobre las falacias pues fue una tarea que me dejó el maestro de Lógica. Lo que digo es falso, yo sé que es falso pero espero que mis padres crean que es verdad. En otras palabras, los estoy engañando. Mentir es engañar y mentir significa tener toda la intención de hacerlo.

Por lo tanto, aunque una falacia es falsa o inválida  no significa que sea una mentira, que también es falsa. ¿Por qué? Porque la falacia es un error que puedo cometer en mis razonamientos sin saber que estoy en el error, mientras que al mentir claro que sé que es falso lo que digo pero cruzo los dedos esperando que me crean. Yo puedo creer que es correcto atacar a una persona porque no acepto sus argumentos y decir, por ejemplo, que el maestro de Educación Física no tiene derecho a darnos clases porque él está pasado de kilos y ni hace los ejercicios que nos pide hacer. Como no tengo cómo debatir lo que me dice entonces me pongo atacar a su persona. Esta falacia es la famosa “argumentum ad hominem” y aunque suene correcta no lo es.

Una falacia será una mentira en el momento en que, sabiendo que es falsa, la utilice para hacerla pasar por verdad y así engañar a mi receptor. Así, por ejemplo, como quiero apoyar un punto de vista salgo con que “todos están de acuerdo” aunque yo sé muy bien que eso no da realmente un apoyo a mis argumentos. Es la falacia “argumentum ad populum” y, aunque sé que es falsa, la utilizo para convencer a mi audiencia de que como todos están de acuerdo, ese punto de vista es el correcto y hay que seguirlo.




En los  siguientes vídeos  podemos ver  que son,  características  y en que consisten las  las falacias.



Formas de falacia

El listado de falacias es muy largo y posiblemente haya algunas de ellas que aún no se han descubierto por existir en culturas muy minoritarias o poco estudiadas. Sin embargo, hay algunas más comunes que otras, así que conocer los principales tipos de falacias puede servir como referencia para poder detectar vulneraciones en la línea de razonamiento allí donde se den.

A continuación puedes ver una recopilación de las falacias más conocidas. Como no existe una sola manera de clasificarlas para crear un sistema de tipos de falacias, en este caso se clasifican según su pertenencia a dos categorías relativamente fáciles de entender: las no formales y las formales.

1. Falacias no formales

Las falacias no formales son aquellas en las que el error del razonamiento tiene que ver con en el contenido de las premisas. En este tipo de falacias lo que se expresa en las premisas no permite llegar a la conclusión a la que se ha llegado, independientemente de si las premisas son ciertas o no. 

Es decir, que se apela a ideas irracionales sobre el funcionamiento del mundo para dar la sensación de que lo que se dice es cierto.

1.1. Falacia ad ignorantiam


En la falacia ad ignorantiam se intenta dar por hecha la veracidad de una idea por el simple hecho de que no se puede demostrar que es falsa

El famoso meme del Monstruo Espagueti Volador se basa en este tipo de falacia: como no se puede demostrar que no existe un ente invisible formado de espaguetis y albóndigas que además es el creador del mundo y sus habitantes, debe de ser real.

1.2. Falacia ad verecundiam


La falacia ad verecundiam, o falacia de autoridad, vincula la veracidad de una proposición a la autoridad de quien la defiende, como si eso proporcionase una garantía absoluta

Por ejemplo, es corriente argumentar que las teorías de Sigmund Freud sobre los procesos mentales son válidas porque su autor era neurólogo.

1.3. Argumento ad consequentiam


En este tipo de falacia se intenta hacer ver que la validez o no de una idea depende de si aquello que se puede inferir a partir de ella resulta deseable o indeseable

Por ejemplo, un argumento ad consequentiam sería dar por hecho que las posibilidades de que el ejército dé un golpe de estado en un país son muy bajas porque el escenario contrario supondría un duro golpe para la ciudadanía.

1.4. Generalización apresurada


Esta falacia es una generalización no fundamentada en datos suficientes

El ejemplo clásico lo encontramos en los estereotipos acerca de los habitantes de ciertos países, que pueden llevar a pensar falazmente, por ejemplo, que si alguien es escocés debe de caracterizarse por su tacañería.

1.5. Falacia del hombre de paja


En esta falacia no se critica las ideas del oponente, sino una imagen caricaturizada y manipulada de estas

Un ejemplo lo encontraríamos en una línea argumental en la que se critique a una formación política por ser nacionalista, caracterizándola como algo muy próximo a lo que fue el partido de Hitler.

1.6. Post hoc ergo propter hoc


Se trata de un tipo de falacia en el que se da por sentado que si un fenómeno ocurre después de otro, es que está causado por este, a falta de más pruebas que indiquen que eso es así.

Por ejemplo, se podría intentar argumentar que la subida repentina en el precio de las acciones de una organización se ha producido porque el inicio de la temporada de caza mayor ya ha llegado a Badajoz.

1.7. Falacia ad hominem



Por medio de esta falacia se niega la veracidad de ciertas ideas o conclusiones resaltando las características negativas (más o menos distorsionadas y exageradas) de quien las defiende, en vez de criticar la idea en sí o el razonamiento que ha llevado a ella. 

Un ejemplo de esta falacia lo encontraríamos en un caso en el que alguien desprecie las ideas de un pensador argumentando que este no cuida su imagen personal.

Sin embargo, hay que saber distinguir este tipo de falacia de argumentos legítimos referidos a las características de una persona en concreto. Por ejemplo, apelar a la falta de estudios universitarios de una persona que habla sobre conceptos avanzados de física cuántica puede considerarse una argumentación válida, ya que la información que se da guarda relación con la temática del diálogo.

2. Falacias formales


Las falacias formales lo son no porque el contenido de la premisa no permita llegar a la conclusión a la que se ha llegado, sino porque la relación entre las premisas hace que la inferencia no sea válida.

Por eso sus fallos no dependen del contenido, sino del modo en el que están vinculadas las premisas, y no son falsas porque hayamos introducido en nuestro razonamiento ideas irrelevantes e innecesarias, sino porque no hay coherencia en los argumentos que usamos.

La falacia formal puede ser detectada sustituyendo todos los elementos de las premisas por símbolos y viendo si el razonamiento se ajusta a las reglas lógicas.

2.1. Negación del antecedente



Este tipo de falacia parte de un condicional del tipo "si le doy un regalo, será mi amigo", y cuando se niega el primer elemento, se infiere incorrectamente que el segundo también queda negado: "si no le doy un regalo, no será mi amigo".

2.2. Afirmación del consecuente


En este tipo de falacia también se parte de un condicional, pero en este caso se afirma el segundo elemento y se infiere incorrectamente que el antecedente es verdadero:

"Si apruebo, descorcho el champán".

"Descorcho el champán, así que apruebo".


2.3. Término medio no distribuido

En esta falacia el término medio de un silogismo, que es el que conecta dos proposiciones y no aparece en la conclusión, no cubre en las premisas a todos los elementos del conjunto.

Ejemplo:

"Todo francés es europeo".

"Algún ruso es europeo".

"Por lo tanto, algún ruso es francés".

fuentehttps://psicologiaymente.com/inteligencia/tipos-falacias-logicas-argumentativas


Descubriendo las falacias en el entorno.

Falacias para engañar… ¿siempre?


A menudo, las falacias se usan con la intención de engañar y tratar de imponer tu visión sobre el otro, pero, en ocasiones, se usan sin querer. Al desconocerlas, pensamos que estamos utilizando un razonamiento válido, pero en su lugar usamos un argumento falaz.

Dicho esto, un argumento falaz no necesariamente posee una conclusión falsa. Detectar una falacia no implica refutar la conclusión del otro sino invalidar el razonamiento que ha utilizado para llegar a ella.

Por ejemplo, podría decir que:

Nunca he oído una palabra de queja de mis vecinos así que todos deben considerarme un buen vecino.

Aquí hay una falacia por generalización precipitada.

Que no haya oído ninguna queja no quiere decir que no la hayan hecho, pueden haberse quejado a mis espaldas. Además, podrían considerarme un mal vecino y no expresar sus quejas.

Como te decía, el hecho de que exista una falacia en el razonamiento no implica que la conclusión sea mentira. En este caso, la conclusión podría ser correcta -que me considerasen un buen vecino- el problema es que no he usado un razonamiento válido para llegar a ella.

fuente: https://nachotellez.com/es/10-falacias-para-enganarnos/



No hay comentarios:

Publicar un comentario

TALLER 1: IMPORTANCIA DE HABLAR EN PÚBLICO

OBJETIVO: Lograr darse a entender en público venciendo la timidez  posicionando sus  ideas, es decir defender posiciones ideológicas propias...